El Paciente Complejo, es aquel que recurre a los servicios de hospitalización con alta frecuencia. Padece varias enfermedades crónicas o bien solo una. Dentro de este grupo también encontramos pacientes que presentan situaciones complejas. Normalmente este proceso evoluciona e implica una pérdida gradual de la autonomía que puede llegar a derivar en una dependencia física y emocional. Por su condición, requieren vigilancia y controles rutinarios, y un tratamiento personalizado que se adapte a su enfermedad y que tenga como objetivo mejorar su calidad de vida. Saber cuáles son sus necesidades y una valoración integral por un profesional es fundamental para poder hacer frente a la enfermedad. Además de establecer objetivos de atención satisfaciendo las expectativas del paciente.