Llevar una dieta saludable y adaptada a nuestras necesidades es crucial para poder hacer frente a las diferentes enfermedades cardiovasculares. Diversos estudios demuestran que el papel de nuestra dieta es fundamental para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. El objetivo es cambiar de forma permanente nuestros hábitos alimenticios, de forma que se convierta en un proceso de adaptación a un nuevo estilo de vida.